martes, 31 de marzo de 2015

SEVERIANA

martes, 31 de marzo de 2015
09:24 p. m.

Termine de leer "Severiana" con la sensación de que era un libro ajeno a mi, que nada tenia que ver con mi vida en este momento, que yo (a diferencia del personaje protagónico) no esperaba a nadie y nadie me esperaba a mi de vuelta. Y que mis amigos no están lejos ni perdidos.

A riesgo de arruinar el final del libro comento mi experiencia a continuación:

Empecé a leerlo por curiosidad, la sinopsis de niños que desaparecían de la noche a la mañana, y descubrir la causa era el motivo principal al elegirlo.
 Los libros eran su forma de reunirse y "escapar" pero ni en los libros estaban seguros, a riesgo de desaparecer desde ahí, a pesar de todo no podían crear un mundo perfecto con sus propias palabras, es decir convertirse en escritor no los ayuda a escapar de sus problemas, al contrario es una forma de que no olviden que el los problemas del mundo de los adultos los seguirán a cualquier lado…

Me enfureció  devorar tantas hojas, para que los niños desaparecidos no regresaran, por que en mi final de cuento debían volver. Pero los desaparecidos al final del día siguen desaparecidos, los niños perdidos no vuelven a casa tan fácil.

 Lo cierto es que hay gente mala, muy mala en este mundo y ya no podemos confiar en cualquiera. Es triste que tengamos que leer un libro así para darnos cuenta la realidad de este México extraviado en sus muertos, desaparecidos, crímenes y malos gobiernos. Es mas raro aun que sea un libro para niños, es raro pero muy en el fondo estoy de acuerdo con el autor, me costó una hora después de terminar el libro entender que el cuento no es con final feliz… ¿acaso una madre cuando encuentra el cadáver de su hijo que estuvo desaparecido es final feliz? 

Me enoje en vano, no era el libro el culpable de mis frustraciones, es la comparación con el país en el que vivimos, es la identificación de mi país en esa ciudad que parecía lejana donde los jóvenes y niños desaparecían de la noche a la mañana y los padres tenían miedo de no poder protegerlos.

"Si los padres son culpables de la desaparición de sus hijos este mundo es una porquería, si no lo son también es una porquería"… Ricardo Chávez Castañeda, el Autor.